miércoles, 24 de agosto de 2016

Los demonios de ser mal hijo

Publicado por Unknown en 14:43
Cada día que pasa me doy cuenta que falta tan pero tan poco para la llegada de bebé, que me pone de nervios.

En realidad no he hablado mucho sobre este embarazo porque ha pasado a prisa, sin complicaciones y con muchos cambios en otros aspectos de vida que parecen acaparar la atención.

Sin duda la llegada de un nuevo bebé está lleno de emociones  y es que a pesar de ser el segundo es diametralmente distinto al anterior.

Antes de saber que estaba embarazada, llevaba días llorando, con las emociones a flor de piel, cualquier cosa me hacia sentirme desprotegida, en uno de estos días borrosos (de tantas lágrimas) tuvimos un ejercicio de escritura en la oficina.

Les he contado anteriormente que me dedico a la publicidad, tengo un equipo de trabajo increíble, lleno de personas creativas, con perfiles muy diferentes y lo más importante con una calidad impresionante de humildad, grandes seres humanos que día a día me acompañan y de quienes aprendo. En ese entonces, procurábamos tener una sesión a la semana en la que intercambiábamos ejercicios creativos, prototipos de productos, ideas, manualidades, textos.

Era 25 de Enero, el ejercicio fue escribir sobre el primer recuerdo, mi estado de animo evidentemente no era el mejor, así que mi primer recuerdo no era para nada feliz. Lloré desde que empece y hasta que terminé de escribirlo, cuando me toco leerlo a todos, la voz se me cortaba, tuve que hacer varias pausas porque me era imposible decir una palabra sin sollozar, me dolía cada una de las palabras que había escrito. Me preguntaba ¿Cómo pude hacer eso?...

Terminé con los ojos rojos, el corazón destrozado y sin poder calmarme, todos me veían con angustia, en ese segundo mire a uno de mis amigos, me acerqué y le dije con voz bajita "Estoy segura que estoy embarazada", solo así, me miro con una cara de desconcierto y me preguntó que si estaba segura, le dije que no sabía pero que no había otra explicación para tantas lágrimas, pase toda la tarde en la oficina dudando, con ganas de saber de una vez por todas, así que corrí a casa y Salvador y yo compramos una prueba de embarazo, entré al baño, hice pipí sobre la prueba y en dos segundos ya marcaba positivo.

Salí de ahí llorando todavía más, Chava me abrazó e inmediatamente supo el resultado de la prueba, estaba feliz pero no podía dejar de llorar, él pensó que no lo tome bien, pero en realidad estaba en shock, durante esos días previos dude tanto de ser una buena madre de Victoria que la noticia de ser mamá de nuevo solo me causaba más preguntas internas.

Los sentimientos en este embarazo han sido una montaña rusa, pero si de algo estoy segura es que este bebé está lleno del amor con el que fue pensado, no se si seré/soy una buena madre, pero creo que nunca te dejas de cuestionar eso, justo ahora, solo se que no puedo esperar más, ya quiero tenerlo en mis brazos y llenarlo de besos.


Por si tenían duda, aquí está lo que escribí como mi primer recuerdo, por ahí dicen que nuestros miedos sobre ser malos padres, vienen de nuestros demonios por ser malos hijos y tal vez tienen razón...

Se de varias personas que tienen recuerdos claros de su primer año de vida, incluso he escuchado de gente que tiene recuerdos de cuando estaba en el utero, pero yo no. 
Después de un ejercicio en el que requerí a mi memoria trabajar extra, recordé uno de esos días en donde mi infancia no era tan feliz.
Mis padres nunca estuvieron casados, jamás fueron novios, mi existencia en este mundo es una coincidencia, pero hace unos años asimilé que era una agradable concidencia.
Durante mis primeros años escolares esa agradable coincidencia era en realidad una desafortunada coincidencia, mi vida escolar paso en el mismo colegio, un colegio de señoritas educadas por religiosas.
En el colegio había de todo, niñas con un nivel socio-economico elevado y otras que no tanto, cada ciclo escolar iniciaba de la misma forma, cada año habia algo que lo complicaba, crecer.
Mi primer recuerdo se remonta al cuarto grado de primaria, todas las tardes después del colegio mi abuelo pasaba por mi, llegaba a casa y comía, dormía la siesta, jugaba un poco y esperaba a que mi madre llegara de trabajar para hacer la tarea.
Era un día de esos normales, llevaba varios cuartos de hora tratando de resolver un problema de matemáticas, de esos que nunca han sido mi fuerte, mi madre estaba sentada junto a mi, desesperada, no más que yo.
Por un momento sentí como si una furia inmensa se apoderaba de mi, en un arrebato aventé todo lo que había en la mesa, un vaso de cristal lleno de agua salió por un lado, se estrelló contra el piso y se rompió.
Con otra mano arranqué las hojas del cuaderno en el que estaba trabajando, cuando la furia se bajo, se activo la conciencia, sabía lo que había hecho y la cara de desconcierto de mi madre me lo confirmaba, ella salió de la habitación con la mano levantada, supongo que tenía unas ganas enormes de darme un golpe pero se contuvo.
Lo vi en sus ojos, en cuanto ella salio yo corrí a refugiarme debajo de la mesa, minutos después ella regreso, solo veia sus pies, aunque trataba de esconderme, el llanto incontrolable que salia por mis mejillas me delató.
Con el inmenso amor que me tiene llego a mi escondite, me preguntó que pasaba y con lágrimas en los ojos le contesté “Tu tienes la culpa, todas las niñas llegaron al colegio hoy contando sobre sus vacaciones increibles con sus papás y yo, yo no estoy con mi papá y es tu culpa”.





4 comentarios:

Unknown dijo...

Termine el texto con lagrimas en los ojos��

Unknown dijo...

Siempre es agradable leerte Danny :3

Unknown dijo...

Dany, siempre es un placer leerte. A la Danny humana que comete errores pero siempre con una reflexion después de ellos.

Te leo/sigo/veo desde ya hace varios años y me encanta la forma tan peculiar que tienes de contarnos sobre ti.
Es raro sentir que conoces a alguien sin verdaderamente hacerlo y me sucede muy amenudo contigo. No soy la persona adecuada para opinar sobre nada en esta situación, ya que no tengo hijos aún y mi familia siempre ha estado compuesta por mis papas, ambos juntos y casados, mi hermano y yo.
Me atrevo a pensar que fue la cantidad de emociones encontradas que te hizo recordar ese momento y reprochartelo, siempre estan ahí los sentimentos extraños, por que ni siquiera se si calificarlos como malos sea correcto, hay dias así.

Te deseo todo lo mejor en esta etapa de tu vida, y que todo marche bien con los cambios de estos últimos meses, todo el amor para tu familia Danny.
Saludos a Salvador y muchos besos a Tori.

Ojalá pueda leerte mucho tiempo más
(:

Unknown dijo...

Escribes hermoso, felicidades dany por ser una gran mujer

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